Arte

Edvard Munch

El pintor y grabador noruego es considerado uno de los protagonistas más influyentes y electrizantes del arte moderno. Munch sufrió de depresión y enfermedades mentales, pero las utilizó como fuente para crear obras extraordinarias, a menudo frenéticas. Su visión pesimista de la vida se expresaba en colores intensos y líneas marcadas, anticipando el Expresionismo y abriendo nuevas y apasionantes posibilidades para el arte. Abordó temas existenciales como la vida, la muerte y la desesperación, en un intento —según sus propias palabras— de “disecar almas”.
Munch comenzó a pintar en Oslo, pero sus estancias en París lo expusieron a influencias del Postimpresionismo y el Simbolismo, particularmente de Vincent van Gogh y Paul Gauguin, adoptando pinceladas ondulantes, formas simplificadas y colores no naturalistas para transmitir emociones. Aunque Munch comprendía que su genialidad se debía en gran parte a su mente turbulenta, una crisis nerviosa en 1908 marcó un cambio de estilo, ya que decidió llevar una vida más tranquila. Sin embargo, su producción artística siguió siendo abundante. También fue un grabador aclamado: sus xilografías —a menudo realizadas en color— contribuyeron a revivir esta técnica en el siglo XX.