Arte

Griego arcaico

El arte griego arcaico floreció entre los siglos VIII y VI a.C. y se caracterizó por una transición de la simplicidad geométrica a la representación más naturalista. En la escultura, se crearon las primeras figuras humanas independientes con una postura rígida y sonrisa arcaica. Los kuroi representaban a jóvenes desnudos, mientras que las korai mostraban figuras vestidas. En la cerámica, se popularizaron las ánforas y jarras de figuras negras y figuras rojas. Los relieves y frisos arquitectónicos adornaban los templos. Este período sentó las bases del posterior arte clásico griego, marcado por su equilibrio, proporción y expresión humana más realista.